sábado, 9 de octubre de 2010

Rejas

La pequeña jaula que la contiene no le da seguridad. El árbol que la custodia por momentos parece abrazarla. Ella observa una una rama que se desprendió, está suspendida aferrada a otras , que no quiere caer. La rama está ahí, pidiendo a gritos ser salvada. Las otras indiferentes, no hacen nada, solo observan como ésta intenta sobrevivir.
Ella desde su balcón es poco lo que puede hacer para ayudarla. Quisiera gritarle que salte, que vuele y sea libre. No necesita de esas ramas estáticas, ella puede convertirse en mariposa y flotar.
La caída no será dolorosa. Lo doloroso sería permanecer aferrada sin volar. A veces las cosas suspendidas en el aire se detienen, se posan a descansar y a reflexionar antes de seguir su rumbo. Son esos instantes donde el tiempo se congela por microsegundos y son esos momentos donde uno comprende la importancia de avanzar sin mirar atrás.
Yanina Marquevich

No hay comentarios:

Publicar un comentario