sábado, 18 de septiembre de 2010

Foto en el lago

Domingo de sol, primavera multicolor. Pintó picnic. Ella prefería dormir, ¿quien dijo que los días de sol debamos salir? - pensó.
Su novio estaba entusiasmado con el gran plan, no quizo arruinar su instante de felicidad y decidió apoyarlo. Buscaron la helatodo, pan lactal, improvisaron unos sandwichitos, algunas gaseosas, bolsito con objetos varios y salieron rumbo al Tigre.
Esos paseos la deprimen un poco, pero no había otro plan más interesante. Su novio no tiene ideas demasiado originales, ella tampoco. No importa dado que en breve pasará a ser categoría ex.
De todos modos, entre el hastío de quedarse haciendo nada y hacer nada al aire libre, esta última fue la mejor opción, al menos la mas sana.
Luego de un viaje interminable, escuchando las mismas anécdotas de siempre y los planes que le deparaba el día, finalmente llegaron.
Caminaron largas extensiones de yuyales que le daban más emoción a su novio cual Rambo del medioevo que con cara de sacrificio, transportaba la helatodo y el bolsito de objetos varios.
Ella siempre olvidaba el aerosol salvavidas, ese que evita que se llene de ronchas pustulosas. Él también lo olvida, solo lo recuerda cuando ella comienza a reprocharle que se lo olvidó nuevamente.
Buscaron un árbol frondoso para establecerse y comenzar el ritual campestre. Sacaron lonita, helatodo, helanada , sandwichitos ya no tan helados y se sentaron mirando al río.
Novio decide hacer algo y sale corriendo repentinamente. Ella lo observa petrificada, no puede creer lo que está sucediendo.
El chico grita que vio un delfín y quiere ir a su encuentro. Ella mira el sobrecito de mayonesa, a lo mejor está vencido y le causó alucinaciones. No sabe bien que hacer y espera. Comienza a desesperarse cuando ve que su novio se está por lanzar. Él no sabe nadar. Ella, tampoco.
Ella le grita desesperada: - ¡Podes venir para acá trastornado!.
No hay caso, él esta decidido a hacerlo y sigue insistiendo con el delfín. Ella, decide dar la vuelta a la orilla de enfrente, pero siente un leve mareo y comienza a ver todo borroso, como si el agua se tragara todo. Ve al árbol, al camalote que viene navegando, el cielo y a su novio haciendo equilibrio hablando con un supuesto delfín.
Cae al suelo y observa el mundo que se está desdibujado. Lo último que recuerda es eso.

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