domingo, 5 de diciembre de 2010

Sabados musicales

Noche de sábado. Musiqueando. Esos lentos clásicos que suenan y te recuerdan cosas que preferirias olvidar. No se porque asocio esta situación a la pelicula de Bridget Jones: la gordis comiendo helado, echada frente al televisor, torturandose con un tema lento que no recuerdo bien.

Por lo pronto ahora suena Thank you de Dido, it is not so bad... La previa de Phil Collins, Against of odds me knockeo.

En fin, no voy a dar un catalogo musical porque no estamos en un karaoke, encima ahora arranca Cold Play, The Scientist, nobody said it was easy, asi que cartón lleno...

La música dibuja instantes. Es increible el poder del sonido, tanto como el de los olores.

Los sentidos se transportan cuando suena un tema o entramos a un lugar y olfateamos ese cafecito con leche una tarde de frío.

Es aconsejable cerrar los ojos y retener todo lo que pueda nuestra memoria traer en ese momento y en lo posible, anotarlo. Hice ese ejercicio muchos años, pero no encuentro el cuaderno donde lo anotaba. Acto fallido diria el Freud y sus discipulos.

Sería interesante releer lo que escribia una adolescente de 15 años, estado puro de emoción. En esas epócas donde todo era ilusión y soñaba con lo que depararía el futuro. En esas epocas donde uno no imaginaba que puertas abriria o cerraria. La vida era un cuento. Elige tu propia aventura, clasico, colección que le falta un tomo: el escrito por uno mismo.

Seria bueno que exista un libro que te de la posibilidad de agregar o arrancar capitulos, aun cuando esté publicado. Tambien sería bueno que eso sucediese en el camino que uno recorre y construye. Estoy cursi. Mejor me voy a dormir.

No todo está perdido, suena Let it be.